Hablando de fútbol



Hola, ¿cómo estás? Aquí de regreso, en esta ocasión, para aprovechar una oportunidad de hablar de negocios y fútbol en el mismo espacio. Este fin de semana es la final de la Champions League, que por si no estás enterado, es el torneo de clubes más importante a nivel mundial. En él compiten los mejores clubes y juegan los mejores jugadores. Es el torneo que reparte mayores premios y supone el máximo reconocimiento a nivel mundial.

Juegan esta final dos equipos con trayectorias similares en los últimos años, Real Madrid y Atlético de Madrid. Son dos equipos españoles que se enfrentan por este campeonato por segunda vez en los últimos tres años. Además, vienen de competir por ganar la liga nacional con el Barcelona (quienes salieron campeones finalmente) hasta las últimas jornadas.

Las trayectorias de los últimos años de cada uno de estos equipos son similares, como te decía. Han tenido resultados parecidos en estos 4 ó 5 años, pero para alcanzarlos partieron de lugares muy diferentes, realidades dispares y modelos de gestión casi antagónicos. Vamos a ver.

El Real Madrid. por historia, es un club más grande. Con mayores éxitos deportivos históricamente y con mucho mayor presupuesto para armar su equipo. El Atlético en cambio, viene históricamente de ser el hermano pobre de la capital de España. Sin embargo, en estos últimos años han tenido resultados muy similares a los de sus vecinos ricos. ¿Cómo lo han conseguido?

Pues yo diría que aplicando un modelo de gestión de largo plazo a la confección de su equipo. Ellos apostaron por un entrenador hace unos 5 años y lo han mantenido. Cierto que los resultados han hecho que fuera relativamente sencillo hacerlo, pero no es menos cierto que en el caso de sus vecinos, ni los buenos resultados han sido suficiente para mantener algunos entrenadores.

Además de esto, desde fuera da la impresión de que la idea que persiguen desde el Atlético, en lo que a forma de entender el fútbol se refiere, es clara dentro de todos los estamentos del club. Desde el entrenador al presidente, parecen compartir la visión de lo que quieren para su equipo. Y es aquí donde creo que radica la principal diferencia con sus vecinos.

El contar con una idea clara de lo que se está persiguiendo en una organización, sea un equipo de fútbol o cualquier otra empresa, supone un importante apoyo sobre el que construir un proyecto exitoso. Con esa idea clara las decisiones se hacen sencillas de tomar, las elecciones evidentes y los malos momentos más sencillos de superar.

Esta idea de cómo quieren alcanzar el objetivo, que finalmente es el mismo que el de sus vecinos del Real, termina por definir el objetivo en sí mismo de igual manera que los éxitos perseguidos. Para ellos, el ser capaces de llevar adelante su forma de entender el juego, es en cierto modo la garantía que necesitan de alcanzar el objetivo. Y se mantienen fieles a esa idea a pesar de que los objetivos inmediatos no siempre se cumplen. Pero saben que a largo plazo, llegarán a donde se han propuesto.

Jorge Valdano dice que el fútbol es un estado de ánimo. Yo digo que las empresas también. El estado de ánimo de todos los componentes del club, es de fortaleza, de convicción en su forma de entender el juego. Ellos creen profundamente en que el camino que están recorriendo es el correcto y que los llevará a donde quieren llegar. Esa confianza es su fortaleza.

Y uno puede o no estar de acuerdo en la forma en que entienden el juego, pero lo que es innegable es que ellos están plenamente convencidos de que esa forma de jugar les va a llevar eventualmente al éxito. Y son fieles, constantes, tenaces y hasta me atrevería a decir que necios, en la defensa de esa idea.

Entonces, los chicos del Atlético tienen una idea que han estado desarrollando durante al menos 5 años y que los tiene hoy a punto de alcanzar un éxito como nunca antes en la historia del club. ¿Qué han hecho sus vecinos del Real en este mismo tiempo? Pues justamente lo contrario. Es un equipo sin una idea clara de juego. Tienen mejores jugadores posición a posición. Tienen mejores instalaciones y muchos más medios. Pero no tienen una idea. Han tenido 4 ó 5 entrenadores en el tiempo que sus vecinos han tenido solamente 1. Y lo peor es que la forma de ver el juego de cada uno de esos técnicos es totalmente diferente. Esto hace que los proyectos en este equipo duren uno o dos años máximo. Y a pesar de los éxitos obtenidos por alguno de esos técnicos, ni siquiera se les da la opción de continuar. Por algún motivo son sustituidos.

Dos maneras de entender la gestión muy diferentes. Unos planteando una idea sobre la que construir un proyecto a largo plazo. Manteniendo firme el rumbo en los momentos más duros y de mayor incertidumbre. Construyendo una confianza a prueba de bombas en el camino emprendido y desarrollando una identidad de grupo a cada paso.

Los otros, intentando conseguir éxitos inmediatos. Buscando las soluciones que puedan dar el mayor éxito lo más rápido posible, sin importar lo que se construya alrededor de ese éxito. Cambiando de rumbo en función de las tendencias en cada momento. Sin una identidad ni unas relaciones fuertes dentro del grupo.

Retomando lo que Valdano decía, el estado de ánimo del grupo es el que marca en gran medida el resultado. Un equipo sin una idea de unidad no puede confiar en sus posibilidades cuando las cosas salen de forma diferente a lo esperado. En esos momentos su moral se viene abajo y los resultados se terminan por torcer definitivamente. Sin embargo, una idea clara que perseguir, nos aporta tranquilidad y foco en las acciones. En los momentos en que las cosas se ponen difíciles, esa claridad nos ayuda a mantener el paso y el rumbo firmes. El estado de ánimo es positivo, es de posibilidad y nos aporta recursos para superar las adversidades.

Ya sea para la final de la Champions o para la gestión de tus procesos en el día a día, el tener una idea clara de cómo quieres llegar a tu destino te mantendrá en el camino. Sin ese apoyo, pudieras quedarte en alguna de las curvas.

Los chicos del Atleti tienen esa idea clara, sus vecinos del Real no tanto. El sábado sabremos si esa claridad ha sido suficiente para superar a sus vecinos. Yo apuesto a que sí.

Por cierto, no te lo había dicho. Yo soy hincha del Real Madrid.

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