Ya hace un año!

No sé si se hayan dado cuenta, pero ya hace más o menos un año que el Coronavirus llegó a nuestras vidas con todo su peso. Digo, un poco antes habíamos escuchado que había unos murciélagos algo revoltosos en una lejana y desconocida ciudad de China. Nos sonaba, seguramente, que en Italia lo estaban pasando bastante mal. Que en España empezaba a parecer que tampoco era cualquier cosa y en el resto de Europa estaban preparando el palo que estaban por recibir. Hace más o menos un año pensamos que era cuestión de unas cuantas semanas. Pensábamos que con estar un rato encerrados, todo pasaría y podríamos regresar a nuestra normalidad sin grandes estragos.

El Economista: Número de casos de Covid-19 en México al 20 de marzo de 2021.
https://www.eleconomista.com.mx/politica/Numero-de-casos-de-Covid-19-en-Mexico-al-20-de-marzo-de-2021-20210320-0019.html

Bueno, un año más tarde, creo que sin lugar a dudas podemos decir que la cosa iba en serio, que no se resolvió con unas cuantas semanas encerrados y que nuestra normalidad ya no volverá a ser normal. Un año después podemos decir que era necesario tomarse algo de tiempo para evaluar bien la situación y entender qué era lo que en realidad estaba pasando.

Creo que esto que estoy contando es aplicable a muchas otras situaciones de nuestro día a día. Cuando estamos ante una situación inesperada nos vemos obligados a reaccionar. Tomamos las decisiones que parecen hacer más sentido en ese momento, considerando la información de que disponemos. En muchas ocasiones incluso, el éxito del proceso, sea cual sea la naturaleza del mismo, depende de esa oportunidad en la toma de la decisión. Una buena decisión que no es tomada de manera oportuna, se convierte en una decisión obsoleta.

De igual manera, cuando regresamos a revisar las decisiones que tomamos con la ventaja de la perspectiva, a veces nos damos cuenta de que podríamos haber tomado otro camino. Tal vez tenemos nueva información; quizá lo que pasa es que una vez visto el resultado, pensamos que el camino tomado fue incorrecto. Muchas veces sentimos que no fuimos lo suficientemente diligentes a la hora de evaluar nuestras opciones.

Si hubiera sabido entonces lo que hoy sé, hubiera actuado de forma diferente.

Cuántas veces has pensado algo parecido? En cuántas ocasiones, revisando lo sucedido, has pensado que podrías haber elegido la otra alternativa? Bueno, permiteme reflexionar un poco al respecto.

En primer lugar quisiera dejar clarísima mi postura: el día del examen debemos estar preparados. No sirve estar preparados antes ni después. Debe ser ese día. Creo que ésta es la base principal del análisis que podemos hacer.

En mi experiencia es, no solamente una buena idea, sino que diría incluso que sano y necesario, el realizar de tiempo en tiempo una revisión de las decisiones tomadas y los resultados obtenidos a partir de esas decisiones. Ahora bien, siempre el análisis debe ser realizado teniendo en mente las condiciones en las que las decisiones fueron tomadas. No nos haríamos ningún servicio simplemente cuestionando nuestro criterio basados en el resultado alcanzado.

En mi opinión las decisiones que tomamos siempre, sin excepción, son las correctas. Creo que cuando decidimos, lo hacemos pensando que es lo mejor para nuestros intereses. A veces puede pasar que no tenemos toda la información, o no tenemos demasiado tiempo para evaluar todos los escenarios posibles. A veces simplemente algo nos dice que esa es la decisión correcta, sin importar las consecuencias. Considerar que nos equivocamos porque el resultado obtenido en la realidad no se parece al que teníamos en nuestra cabeza, es un error.

Creo que la revisión debe ser realizada en base al proceso de toma de decisión. Esto es, debemos evaluar si realmente nuestro análisis al momento de decidir nos deja cómodos o por el contrario creemos que algo se quedó en el tintero. En este punto yo me centraría en la posibilidad de que hubiera información disponible que tal vez no valoramos. O que aún valorándola, no le asignamos el peso que en realidad tenía. Vamos por partes.

Cómo podríamos saber si en realidad existió algo que no alcanzamos a ver? Repasemos las premisas de la decisión. Revisemos, con la ventaja que nos da la perspectiva del tiempo, si encontramos que había alguna señal que apuntaba a algo que finalmente se materializó y en su momento no fuimos capaces de anticipar. A veces la información está ahí pero no resulta obvia. O resulta complicado aceptarla y decidimos, inconscientemente, ignorarla. Esto es lo que necesitamos entender en primer lugar.

Una vez que esta parte del proceso está completa, podemos ir un poco más a fondo en el análisis. Hagámonos las preguntas que nos vienen a la mente. Sin el miedo a cuestionarnos. Me refiero a que lo que estamos buscando es entender dónde tenemos oportunidades que nos permitan mejorar en el futuro, no reprocharnos las razones por las que nuestro escenario ideal nunca se materializó. Queremos entender dónde tenemos nuestros puntos ciegos para aportar luz la próxima vez que los tengamos enfrente.

Tras esto, revisemos el tratamiento que le dimos a la información. Nuevamente a tenor del resultado, cuáles son esos factores que, aún siendo tomados en cuenta, resultaron tener una influencia diferente a la que consideramos. Si existía información de la que éramos conocedores, que incluimos en el proceso de análisis y tomamos un criterio acerca de la importancia de esa información, debemos entender si ese criterio fue el adecuado. Las decisiones que tomamos suelen ser influenciadas por multitud de factores, el peso de cada uno de esos factores puede cambiar el sentido de la decisión. Igual que antes, si hay algún factor que tendemos a dimensionar de forma incorrecta (entendiendo que no responde a su influencia real en la forma en que las cosas suceden) es importante saberlo para ajustar lo necesario de cara al futuro.

En resumen, revisemos periódicamente nuestro proceso de toma de decisión para entender si hay ajustes que podamos hacer y nos ayuden a conseguir nuestros objetivos con mayor eficiencia en el futuro. Aprendamos de nuestros errores y ajustemos lo necesario. Pero no debemos ser demasiado duros con nosotros mismos. No perdamos de vista que tomamos la decisión pensando que era la correcta.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Qatar

Erré el camino??

De como olvidarnos de nuestros límites y las consecuencias asociadas