Muchas gracias Luis

Hola! Esta semana llego algo tarde a mi cita con ustedes, les ofrezco mis disculpas por esto. Y a decir verdad, sabía de lo que quería escribir desde el sábado. 

https://www.espn.com.ar/futbol/espana/nota/_/id/8691780/luis-suarez-atletico-madrid-carisma-pixar-campeon-la-liga

Para aquellos que no me conocen soy uruguayo y me gusta muchísimo el fútbol. El sábado se decidió la liga de España, país en el que me crié gracias a que mi papá era español, y se estaban jugando el campeonato los dos equipos de Madrid, el Real y el Atlético. Yo le voy al Real, pero salió campeón el Atlético. En el Atlético juega Luis Suárez, Lucho para los amigos. Él es un delantero uruguayo con una historia enorme atrás, parte de la cual se puede leer en este artículo. Resulta que tras ganar el último partido, el del campeonato, Luis se sienta en la cancha y lo graban en video llorando durante una llamada con su familia. Podría no haber sido nada especial, al fin, acababa de ganar una competición con su equipo. Además, él participó haciendo varios goles importantes en las últimas jornadas, ayudando a su equipo a alcanzar el éxito final. Pero es que Luis tiene una historia muy especial.

Resulta que el año pasado él jugaba en el Barcelona. Resulta que el año pasado al Barcelona le fue terrible. Y resulta también que los que mandaban en el club decidieron que a Luis ya no le alcanzaba para seguir y tomaron la decisión de regalarlo (sí, regalarlo) al equipo que les ganó la liga hace unos días. Por último, tras tomar esa decisión y a pesar de que Luis llevaba ya seis años en el club, habiendo ganado con sus compañeros varios campeonatos,  decidieron comunicarle esta decisión de la forma menos humana, despreciándolo, mandando el mensaje a través de un entrenador recién llegado y dando a entender que Luis estaba acabado.

Ante esta situación el Atlético, casi sin creerse su suerte, se lanza a fichar a Luis, reconociendo el enorme valor que aún tiene como jugador de fútbol, como competidor y, sobre todo, como persona. Le transmiten ese interés por tenerlo y lo hacen sentir importante cuando le acababan de decir que ya no lo era. A cambio Luis les trajo una liga.

Cuando vi las imágenes de Luis llorando decidí que necesitaba escribir sobre esto. Luis nos enseñó que la rabia se supera con trabajo y más trabajo. Claro que protestó cuando lo ningunearon, pero agachó la cabeza y se puso a trabajar para ayudar a sus nuevos compañeros. No llegó en modo dueño de la verdad sino que llegó a trabajar y a sumar su granito de arena al montoncito para conseguir lo que consiguieron.

Luis nos enseñó que por mucho que se empeñen otros en decirnos quienes somos, solamente nosotros somos dueños de lo que hacemos. Y somos lo que hacemos. Somos ese que sigue peleando cuando los otros ya se dieron por vencidos. Somos aquel que llega antes que los demás para asegurarse de que todo está en orden para empezar. El que se queda a limpiar después de la fiesta cuando todos se fueron a descansar. Le dijeron que ya no servía, pero él les demostró que estaban muy equivocados.

Lucho nos enseñó que mientras nos quede una gota de sudor por derramar hay esperanza para seguir. Que la confianza de uno en sus posibilidades, acompañada del apoyo de aquellos que nos quieren, de nuestra familia, nos permite alcanzar cualquier objetivo.

El deporte es rico en ejemplos de superación, de éxito. Hay muchas lecciones que valen la pena aprender para aplicarlas en nuestro día a día. Si una lección nos podemos llevar de la historia de Luis es que siempre debemos dar un poquito más. Siempre hay un pasito que aún podemos dar, un último empujón que podemos aportar. Siempre hay una gota más de sudor que podemos derramar. Ese último esfuerzo es el que nos hará diferentes. Y al final, sentados en la cancha, podremos finalmente disfrutar el resultado del esfuerzo con los nuestros y llorar todo lo necesario.


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