De entrenadores que solamente son jefes y se olvidan de liderar
Hola!! Fin de semana de muchos eventos deportivos. Y como lo hemos dicho ya, el deporte nos deja muchas oportunidades para aprender. Aunque no se trate de algo que haya pasado este fin de semana, he aquí una reflexión interesante al respecto del caso de Mourinho, entrenador "galáctico" donde los haya.
Un entrenador de fútbol cuenta a su disposición con un conjunto de atletas con cierto talento. Un equipo de profesionales de cualquier empresa es muy similar. Existen el entrenador (jefe /líder) y los jugadores (miembros del equipo) quienes, trabajando como un único ente, deberán perseguir el objetivo marcado por el club ( la compañía). Y en ambos, no es lo mismo tener un entrenador que sepa liderar que solamente tener a un jefe. Tampoco es lo mismo tener un conjunto de jugadores que un equipo. Este artículo pone de manifiesto algunas de las razones que llevaron a este entrenador a ser despedido sin alcanzar sus objetivos.
De entrada yo diría que lo primero que debemos tener claro es que tod@s formamos parte de un equipo de una u otra forma. Por supuesto much@s formamos parte de equipos de trabajo dentro de los cuales nos toca desempeñar diferentes roles dependiendo del momento y la situación. Es importante que tengamos presente que nuestra contribución hará más fuerte al equipo. Y nuestra falta de compromiso lo hará más frágil. Es por esto que una de las cosas que dice el articulo me parece tan importante: debemos ser humildes.
No importa si me toca ser el de mayor rango o el último en llegar. Tod@s nosotr@s nos hemos equivocado antes y nos volveremos a equivocar en el futuro. Y sin la humildad de reconocerlo, perdemos la oportunidad de aprender, tanto de nuestros errores, como de los diferentes puntos de vista de nuestr@s compañer@s. Y ojo porque no hablo aquí solamente de quien esté a cargo.
Seguramente a Mourinho le pudo su falta de humildad, dejó de escuchar a los demás y perdió buenas oportunidades para encontrar soluciones, a la vez que perdía el soporte del equipo. Las personas dejaron de seguirlo porque ya no lo reconocían como su líder. Esto, probablemente, es en gran parte responsabilidad suya. Pero hay otro lado de esa misma moneda. No se menciona en el artículo y reconozco no haber visto la serie de Amazon, por tanto no puedo saber si ocurrió o no, pero seguramente fueron pocas las personas que se acercaron a Mourinho a decirle que se estaba equivocando. Y probablemente fueron incluso menos las que insistieron en el mensaje tras ser rechazado un par de veces. Esto también llevó a que el resultado fuera el que se menciona en el artículo. También nos toca a nosotr@s, miembros del equipo, hacerle saber a quien está al mando que, desde nuestra perspectiva, está cometiendo un error. Debemos además explicar nuestra postura e insistir hasta donde la prudencia lo aconseje.
Cada un@ de nosotr@s podemos hacer que las cosas cambien, podemos provocar un giro, causar que las acciones tomen un nuevo rumbo. Pero solamente podemos hacerlo a base de explicar y defender nuestras opiniones de manera razonada. Abandonar la lucha para explicar lo que nos parece que se debe hacer es casi lo mismo que nunca haberse comprometido con el resultado desde un principio. Y entiendo la frustración de no conseguir transmitir la información de forma tal que nuestras opiniones sean tenidas en cuenta. Aún cuando expliquemos lo que pensamos, aún cuando insistamos, tal vez nuestras opiniones no sean escuchadas. En estos casos nos quedará el saber que hicimos todo lo que estaba en nuestra mano para que lo correcto sucediera y la esperanza de habernos equivocado con nuestra propuesta, pensando en que, tal vez, en verdad el camino tomado sea el que nos lleve al éxito. El resultado nos lo dirá y, desde ese punto, podremos tomar algunas decisiones. Lo más importante es tener la humildad de aceptar las tareas encomendadas desde la satisfacción del deber cumplido, habiendo expresado nuestras opiniones de manera razonada.
El entrenador por otro lado, aún cuando tiene el rango necesario para ser quien toma las decisiones, sería prudente escuchando a su equipo. Pudiera pasar que existan otras formas de hacer lo que él está proponiendo, formas igualmente exitosas y más acordes a la forma de pensar del equipo. Y es que el equipo tiene vida propia. Sobre todo cuando es el entrenador el que llega con gran parte de ese equipo en el club. Le toca al entrenador ganarse la confianza de ese equipo. Una parte de ese reto se puede construir desde la experiencia anterior, reconocida por el club y por los miembros del equipo. Pero esta experiencia es simplemente la razón que ha llevado al entrenador a esta posición que ocupa. Una vez en la silla, hay que ganarse el derecho a quedarse. Y eso solamente se puede hacer trabajando con el equipo, en equipo.
Basándonos en la persona pública que Mourinho ha cultivado, podríamos concluir que, aún en el caso de haberle explicado e insistido en que el camino que estaba tomando no era el adecuado, él habría continuado, haciendo caso omiso de las advertencias o quizá con una confianza desmedida en su propio criterio y experiencia. En ese momento podríamos elegir, si es que en algún punto del camino lo dudábamos, si esta persona es nuestro líder o solamente es nuestro jefe. Estoy seguro que esto es, en parte al menos, lo que sucedió en el Tottenham. La gente dejó de seguirlo y el resultado fue que terminaron cambiándolo. Y aunque seguramente hubo más cambios que solamente el suyo, también estoy bastante seguro que aquellos que hicieron lo posible por hacer llegar el mensaje están hoy en una mejor posición.
Como en el caso de Mourinho, diría que la humildad de reconocer que no lo sabemos todo, aún cuando nuestra trayectoria haya sido muy exitosa, nos ayudará siempre a encontrar las mejores soluciones. El estar abiert@s a otras formas de hacer las cosas, diferentes a las nuestras, nos regala la oportunidad de aprender. Como miembros de un equipo, el proponer y defender nuestras opiniones, así como el aceptar las decisiones de quienes están al mando, nos hará ir creciendo como profesionales. Como líderes, el escuchar a nuestros equipos nos permitirá mantenernos actualizados y nos abrirá la puerta a nuevas experiencias. Tengamos siempre presente que el pasado, lo alcanzado, nos ha traído hasta donde estamos, pero difícilmente nos llevará al futuro. Es lo que hoy aprendemos y alcanzamos lo que nos abre la puerta a un futuro mejor.
Quisiera cerrar con un recordatorio a tod@s aquell@s que consideren que no es imprescindible escuchar a los demás. Tengan presente que en la vida y en el fútbol, siempre será más fácil cambiar a un entrenador que a 20 jugadores.
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