De líderes y no jefes

Hola, cómo están? Yo por aquí de nuevo intentando no fallar en mi cita semanal. Hoy quiero hablar de algo que he venido leyendo mucho últimamente y, aunque no es nuevo, creo que es importante.

https://amp-lainformacion-com.cdn.ampproject.org/c/s/amp.lainformacion.com/management/jefe-ideal-rasgos-liderazgo-segun-empleados/2827725/

En este articulo tenemos un par de conceptos que creo que vale la pena revisar. En primer lugar el uso indistinto del término jefe junto al de líder. En segundo, eso de que las cualidades más apreciadas difieren dependiendo a "quién" se le pregunte.

En cuanto a lo primero, creo que es ya sabido que nada tiene qué ver ser jefe con ser líder. Incluso sorprende ver que un artículo como éste pueda usar ambos términos indistintamente. Esta semana justamente platicaba sobre liderazgo con unas personas y concluíamos que el liderazgo es conferido. Uno no elige ser líder, sino que es elegido para serlo. Tal vez hay personas que tienen un "don" especial, ese liderazgo natural, que hace que terminen acaparando las conversaciones o que, casi de forma espontánea, terminan siendo quienes dirigen los equipos en los que participan. Pero aún para ell@s, su liderazgo es algo que el resto de las personas les conceden. No son ell@s quienes se nombran líderes.

Un jefe por otro lado sí es impuesto. Pocas veces un jefe es nombrado por decisión de los que serán comandados. En realidad, el jefe es nombrado por una autoridad superior y presentado a su equipo para que sus instrucciones sean observadas. La autoridad del jefe nace de la jerarquía, no del convencimiento.

No digo que un jefe no se pueda convertir en líder, pero no es, ni mucho menos, habitual que suceda de esta forma.

Y en esta conversación que les platico, hablábamos de qué es aquello que un líder ofrece para que su equipo lo siga. En mi opinión, un buen líder hace básicamente sólo dos cosas: escuchar y motivar. Y la segunda no es posible sin la primera.

En general buscamos respuestas a nuestras necesidades, satisfacción para nuestras aspiraciones y, por ello, resulta agradable tener a alguien que nos ayuda y acompaña cuando no encontramos nosotr@s sol@s el camino. Y la forma de poder proporcionar estas respuestas es primero conocer las preguntas; de ahí la necesidad de escuchar. Un (o una) buen líder escucha las preguntas, las necesidades, de las personas a su alrededor y proporciona respuestas y soluciones. Y esto no lo hace movid@ por su propio interés, sino por una genuina vocación de servicio. Un líder es alguien que está al servicio de quienes le rodean. Y no solamente de las personas de su equipo, sino realmente al servicio de tod@s las personas a su alrededor.

Es desde esa genuina posición de servicio a I@s demás que podrá encauzar a su equipo hacia los objetivos que persiguen. Y es que si se trata de equipos de trabajo no debemos olvidar que ese liderazgo debe estar enfocado en alcanzar ciertos resultados. Al conocer las necesidades y aspiraciones de las personas, su líder puede encontrar aquello que hace click entre el objetivo general del equipo y los intereses particulares de cada miembro de ese equipo. Y al conseguir materializar esa simbiosis, el equipo alcanza su plenitud. Un equipo es, entre otras cosas, un grupo de personas motivadas para alcanzar un resultado común. Pero nadie dice que la motivación de todas esas personas deba ser común. Lo que mueve a cada una es distinto y el arte del liderazgo está en cómo resolver ese rompecabezas.

El otro hallazgo, eso de que las cualidades de un buen líder, dependen de a quién se le pregunte, creo que está íntimamente relacionado con lo que decíamos que es la diferencia entre ser elegido líder o ser nombrado jefe.

Pongamoslo así: un jefe se elige hacia abajo y un líder se elige hacia arriba. Me explico.  Al jefe lo nombran los estamentos superiores de la jerarquía y al líder, por el contrario, acordamos que lo elige el equipo. Es aquí donde creo que radica la diferencia en las cualidades buscadas. Yo pensaría que quienes están más cerca de la dirección piensan más en términos estratégicos y, por el contrario, quienes está más cerca "de la cancha" piensan más en términos tácticos.

Lo uno sin lo otro no funciona, pero son cosas distintas. Cuando una persona consigue entender la estrategia sin olvidar la táctica, o mejor dicho, cuando es capaz de desarrollar la táctica que hará realidad la estrategia, es cuando estamos ante un/una verdader@ líder.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Qatar

Erré el camino??

De como olvidarnos de nuestros límites y las consecuencias asociadas